martes, 16 de octubre de 2012

Un maratoniano muy forofo


En la vida, uno puede cambiar de trabajo, de casa, de hábitos y hasta de pareja. Pero nunca variará el amor a unos colores. El de Juan Manuel Vera Bacallado es incondicional hacia el Tenerife, equipo al que sigue desde hace décadas, y al que incluso acompaña en la distancia a través de la radio. La posibilidad que le brinda internet es "un alivio" para atenuar la tristeza por no estar en el Heliodoro los fines de semana. Su identificación con el representativo es plena, hasta el punto de que presume cada vez que puede de su filiación blanca y azul. Incluso cuando corre maratones.
Juan Manuel se prepara para estas pruebas tan exigentes sin falta todas las semanas. Y ni siquiera los durísimos entrenamientos le apartan de la realidad del Tenerife. "Escucho todo lo que pasa a través de la radio", cuenta. "Y los días de carrera, el equipo siempre gana. Yo no puedo oír los partidos en plena competición, y mi forma de mostrar mi afición por el Tete es luciendo su camiseta azul", explica este aficionado del sur –nació en Cabo Blanco– que trabaja en una factoría de reciclaje de plástico.
"Vine a Inglaterra porque mi mujer es inglesa. Afortunadamente, la vida aquí no está tan mal como en Canarias", comenta. Sus hábitos dependen en función de los horarios de sus competiciones atléticas, pero también están condicionados por la fecha de los encuentros del Tenerife. "Si vengo temprano de la carrera, me pongo delante de la computadora y escucho los partidos por la radio. Y además consulto los periódicos por internet para saber qué está pasando en el día a día, en los entrenamientos, etcétera", expone. Contento de que esta temporada el conjunto de Álvaro Cervera vaya por el camino correcto, señala que ése es el resultado "de hacer las cosas bien". "Si seguimos así, subimos seguro", apostilla.
Mientras hace kilómetros y kilómetros de blanquiazul, también hace planes para venirse en febrero a Tenerife y disfrutar del fútbol desde cerca. "Soy de Cabo Blanco, del sur, y me iré a quedar con la familia unos días. Después, me desplazaré hasta el estadio cuando haya partido y animaré esta vez desde la grada, no desde la lejanía", apunta Juan Manuel, residente en la localidad británica de Tamworth, a solo unos kilómetros de Birmingham. El caso suyo no es excepcional. Cada vez son más los aficionados chicharreros dispersados por el mundo, unidos cada domingo a las doce por su amor al Tenerife y por la posibilidad que les brindan las nuevas tecnologías. Las radios que emiten por internet registran pinchazos desde países de casi todos los continentes. Comprobado está: hay blanquiazules en todas partes.

[Fuente: www.laopinión.es]

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